Objetivamente el cáncer en el niño es una realidad dura y difícil.
El cáncer en los niños no puede prevenirse y aun no se conocen las causas de su aparición. La prevención no es posible, a diferencia de los adultos que se han identificado hábitos como el tabaco y alcohol que se asocian a mayor riesgo de cáncer.
Los niños y adolescentes están en una fase de la vida de crecimiento y desarrollo, por lo que los tratamientos de cáncer como la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia pueden tener unos efectos más dañinos y pueden provocar secuelas importantes a largo plazo. El desarrollo de nuevos fármacos contra el cáncer en los niños es muy escaso.
Quería escribir esta entrada esta sema, ya que ha sido el día internacional del cáncer infantil. Creo que este es un tema muy interesante, por el cual mueren muchos niños al año y aún "no tenemos la cura" para que estos niños puedan sobrevivir, hablo de niños como de adultos, aunque efectivamente los niños están en fase de crecimiento y pueden ser perjudiciales a la larga estos tratamientos. Es triste ver a niños llorando porque no tienen móvil con 8 años, y sin embargo, vemos estos casos de niños que no pierden la sonrisa, con cualquier muestra de cariño. Para mi son auténticos luchadores.
Paola que interesante esta entrada, me ha llamado mucho la atención, y como niños/as lloran por un móvil, o algo que les encataría tener y estos pequeños/as luchadores con tan solo una muestra de cariño le alegran el día.
ResponderEliminarBuena entrada Paola, esta vida es así de injusta y estos pequeños y grande héroes lunchan día a día contra esa enfermedad, pero a pesar de ello nunca borran una sonrisa de sus caras.
ResponderEliminarEstá claro que las necesidades de uno y otro no tienen nada que ver, pero en vuestra tarea como educadores/as entra tratar de que los menores aprendan a valorar lo que tienen por encima de lo que no tienen...
ResponderEliminarInteresante entrada.
Me estaba resistiendo a leer esta entrada, ya que este tema y sobre todo en niños me toca demasiado la fibra sensible. Aun así, ha merecido la pena leerlo. Ojalá se encuentre un fármaco que dé solución a este problema tan difícil para los más pequeños y sus familias.
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